Entre las piezas clave de nuestro coche, hay una de la que seguramente habrás oído hablar, pero que probablemente desconozcas su función. Se trata del árbol de levas, uno de los componentes más importantes del motor.
El árbol de levas es el elemento responsable de controlar el accionamiento de las válvulas de escape y admisión para que estén abiertas mayor o menor tiempo, en intervalos semejantes.
Básicamente el árbol de levas es una barra o un eje de rotación que tiene adheridas unas prominencias (palas o levas) que acciona la apertura y el cierre de dichas válvulas mediante un sistema de muelles.
Está ubicado en unos apoyos específicos sobre la culata del motor, algunos vehículos pueden tener dos árboles de levas, uno para las válvulas de admisión y otro para las de escape. Se une al cigüeñal por medio de la correa de distribución (o cadena, en su caso), para que los dos elementos estén perfectamente coordinados.
Asimismo, el árbol de levas también juega un papel importante en la distribución de aceite y en el funcionamiento de la bomba de combustible.
¿Cómo funciona el árbol de levas?
Al girar la llave en el arranque se envía un impulso eléctrico que hace girar el cigüeñal, que empuja y retrae los pistones mediante bielas hasta los cilindros. Ese movimiento hace que se comprima la mezcla de aire y combustible generando una chispa que enciende las bujías en la cámara de combustión.
El árbol de levas se conecta con el cigüeñal y de ahí obtiene la energía para su rotación, haciendo que las válvulas se abran o cierren dejando pasar la mezcla o expulsando los gases generados por la explosión.
¿Qué puede provocar una avería en el árbol de levas?
Como el árbol de levas es un elemento que rota continuamente, el mayor problema al que se expone es la falta de lubricación, que podría aumentar el desgaste de los apoyos y los rodamientos.
Si circulamos con el nivel de aceite por debajo de lo recomendado o se produce algún fallo en la bomba de aceite que impida que éste se impulse con la presión suficiente, esta pieza puede verse afectada.
En el caso de que el árbol se dañe o se produzca una rotura de sus componentes deberá ser reemplazado por completo, exponiéndonos a una de las averías más caras que puede sufrir nuestro vehículo.
Por otra parte, al ser, además, el último paso del circuito de engrase queda expuesto a que cualquier cojinete defectuoso impida que el lubricante complete el proceso.
Otra de los peligros a los que se enfrente el árbol de levas, con el paso del tiempo es a que surjan holguras en el alojamiento debido al uso y los continuos giros del sistema, si bien este fallo puede ser solucionado de forma sencilla en el taller.
¿Cómo detectar posibles averías?
Detectar a tiempo una posible avería en el árbol de levas puede suponer un ahorro económico más que significativo. Para ello es importante saber interpretar las señales que emite nuestro coche y acudir a un taller de confianza ante la más mínima sospecha.
En primer lugar, un síntoma de que el árbol de levas esté dañado es que el vehículo no llegue a arrancar. En este caso, es posible que el árbol de levas esté gripado y deba ser reemplazado.
Por otra parte, si escuchamos unos ‘traqueteos’, es probable que esos sonidos estén relacionados con un mal acoplamiento de los engranajes o un desgaste excesivo de casquillos o soportes que estén afectando al juego axial del árbol de levas. Si, además, afecta a la potencia del vehículo nos podríamos encontrar con que algún apoyo del eje se haya gripado.
Asimismo, unos sonidos similares a chirridos estridentes suelen indicar que el árbol de levas está a punto de griparse, por lo que se recomienda comprobar el estado de los apoyos por si alguno estuviera defectuoso. Si además notamos que desciende el rendimiento del motor, es probable que se haya llegado a romper alguna de las levas o que entre ellas haya una holgura o juego excesivo.